Cada vez más, me apetece hacer cositas navideñas, y me muero por montar el árbol ya. Como llegadas las fiestas, todo son fiestas, y entre ellas, muchas en casa. Ajenas o propias, pero hay que presentar algún postre, y para no encontrarme agobiada a la hora de la verdad, he empezado a probar algo ya.
Por no variar, hice la versión más reducida que pude, y la verdad, en cuanto a presentación, dejo un pelín que desear… no obstante, no quedo un trozo.
INGREDIENTES:
- 100 gr. Leche.
- 90gr. Mantequilla.
- 100gr. Azúcar.
- 25 gr. Levadura fresca.
- 6 Yemas de Huevo.
- 500gr. Harina de Fuerza.
- 7 gr. Sal
- 300 gr. Frutas desecadas.
- Ralladura de limón, naranja y esencia de vainilla y naranja.
PREPARACIÓN:
En un bol, mezclamos, la leche tibia, y la mantequilla derretida. Deshacemos en esta mezcla la levadura fresca e integramos bien. Añadimos el azúcar y deshacemos por completo, integramos las yemas también. Es el momento de agregar las esencias y ralladura.
Poco a poco añadimos la harina y mezclamos con una cuchara, hasta que este homogéneo, entonces, pasamos a amasar con las manos un poco, hasta que sea una bola lisa y poco pegajosa.
Dejamos la bola en un bol tapado durante hora u hora y media levando.
Cuando haya pasado este tiempo, le añadimos las frutas desecadas, y amasamos un poquito más.
Volvemos a reservar en el molde donde vayamos a hornearlo, y tapado con un trapo, volvemos a dejar levar durante otra hora y media.
Cuando haya pasado este tiempo precalentamos el horno, y pasamos a hornear durante una media hora, controlando siempre que no se queme. Si la corteza se comienza a quemar demasiado, lo tapamos con un papel de aluminio para que no se queme.
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