miércoles, 21 de marzo de 2012

Rosquillas de Hojandre.


                Hola farolas. Ya estamos en el ecuador de la semana  y yo ya estoy deseando que llegue el viernes. Lo reconozco, no me gusta nada trabajar, ni estudiar, ni madrugar. Pero realmente el fin de semana, para mi es para cocinar, y es de eso de lo que tengo ganas.
                La receta de hoy, va a acompañarme toda la vida creo yo. Porque este fin de semana pienso volver a hacerla, y tiempo al tiempo… que no acabe preparandola todas las semanas.
                El caso es que a mí me encantan estas rosquillas, no hay festividad en la que a mí se me escape un paquete, pero ahora en invierno no es tan fácil encontrarlas, así que cuando vi la receta, no me lo pensé. Y os la recomiendo al cien por cien, por que el sabor es totalmente igual.
                INGREDIENTES:
-          2 Laminas de Hojaldre
-          100 ml. Agua.
-          100ml. Miel.
-          110gr. Azúcar.
-          Mantequilla.
PREPARACIÓN:
                No amasamos ni estiramos.
                En un cazo, o en el microondas derretimos un poquito de mantequilla. Y con una bocha la aplicamos sobre una de la las laminas de hojaldre y le colocamos la otra encima.
                Con un cortador un poco grande si lo tenemos, yo utilice un vaso, vamos cortando nuestras rosquillas. Para el agujero del centro podemos usar lo que mejor nos venga, yo utilice el tapón de una botella.
                Pasamos nuestras roquillas a la bandeja del horno forrada con papel vegetal, y llevamos al horno, que ya habrá estado precalentado, hasta que estén doraditas.
                Con los restos de masa, podéis hacer lo que queráis, menos intentar hacer más rosquillas, porque no quedan bien.
                En un cazo, preparamos el almíbar para bañarlas. Calentamos el agua, junto con el azúcar y la miel. Sin dejar hervir, durante 10 minutos.
                Las bañamos en el almíbar con mucho cuidado de no quemarnos, y siendo generosos.  Y acto seguido las rebozamos en azúcar.

lunes, 19 de marzo de 2012

Tarta de Queo y Fresa.


                Hola chicas. El viernes no pude subir la receta, y aunque la falta de tiempo tuvo algo que ver, el mayor motivo, fue que hubo en mi cocina una catástrofe culinaria. Un autentico horror. Os lo presento hoy, porque finalmente se convirtió en una tarta bastante apetitosa, aunque no tuvo la mejor de las presentaciones.
                El caso, es que yo quería hacer una tarta de queso de esas tan bonitas que hay por los blogs. Quería algo especial además, porque me había sobrado una plancha de bizcocho, y tenía decidido que era en eso en lo que quería invertirla. Compre mucho queso, para que tuviera mucho sabor a queso, y porque mi aro es bastante grande. Y además, quería que en el lugar de las mil opciones que hay por la web la parte de arriba fuera de gelatina, porque me gusta mucho. El caso es que seguí,  creo que por primera vez la receta al pie de la letra, y así fue que la parte del queso, me quedo estupenda. Con un sabor riquísimo y con la solidez necesaria. Deje que se enfriara durante la noche, y a la mañana siguiente me dispuse a preparar la gelatina. Todo salió bien, no hirvió más de lo normal, ni menos. (Normalmente me cuesta mucho una buena gelatina de sobre). Deje que se enfriara lo suficiente, y prepare la tarta para que se unieran bien las capas. Lo añadí con mucho cuidado para que no se mezclaran y lo metí en la nevera. Cuál fue mi sorpresa? Pues veréis, mi aro desmoldadle, por algún extraño motivo, perdió su hermetismo hace mucho, es decir, cierra y hace bien los bizcochos, pero no cierra del todo. Esto suelo solucionarlo no poniendo cosas demasiado liquidas y pasando las masas justo en el momento de meterlo al horno. Lo que yo no me podía imaginar, es que una vez la tarta estuviera echa, la gelatina también se iba a escapar. Y esto paso. Abandono la tarta y se fue por todo lo largo y ancho de la nevera, donde lógicamente se enfrió y se endureció.                
                Aun hoy, no he conseguido sacar toda la gelatina, ni creo que pueda nunca. El caso, es que la gelatina, al correr hacia abajo, paso por el bizcocho y este se empapo. Por lo cual adquirió todo el sabor, y quedo realmente rico. Es más, es una tarta de queso y fresa, sin fresa.
                INGREDIENTES:
-          Base de bizcocho.
-          400 gr. Queso crema
-          200ml. Leche.
-          2 Huevos.
-          75 gr. Azúcar.
-          5 Laminas de Gelatina.
-          1 s. Gelatina de Fresa.
PREPARACIÓN:
                En un cazo calentamos la leche junto con el azúcar y las dos yemas sin que llegue a hervir. Añadimos el azúcar y cuando se haya deshecho bien le añadimos el queso, hasta tener una pasta homogénea.
                Retiramos del fuego, y una a una, le añadimos las hojas de gelatina que antes abríamos humedecido en agua muy fría.
                Dejamos enfriar y mientras montamos las claras a punto de nieve. Se las añadimos poco a poco a la masa y con movimientos envolventes.
                En nuestro aro desmoldadle (aseguraros de que está bien cerrado) colocamos la base de bizcocho y la calamos un poquito.  Le agregamos la pasta de queso y la allanamos bien.
                La llevamos a la nevera de un día para otro.
                Pasado este tiempo comenzamos a preparar la gelatina. Tal y como se especifique en su paquete, y la dejamos enfriar un poco..
                Retiramos nuestra tarta de la nevera y con un tenedor hacemos unas muescas muy finas en la tarta, para evitar que se puedan separar las capas.
                Y con ayuda de un cucharon, volcamos la gelatina sobre la tarta, muy despacito y con mucho cuidado.
                Y otra vez a la nevera, lo suyo seria cuatro horas, pero tendremos que fijarnos en la consistencia.

jueves, 15 de marzo de 2012

Goxua- De norte a Sur.


                Hola chicas, ya estamos en jueves, que alegría solo de pensar que mañana ya se acaba la semana. Hoy tengo mil cosas que hacer, pero los jueves siempre tengo la moral muy alta. Dentro de un ratito me iré con mi sobrina al médico, pero antes, no quería dejar de subir la receta de:http://norteasurrociana.blogspot.com/ . Que este mes no he querido dejar para última hora. El mes pasado lo pase muy mal pensando que no iba a conseguir hacerla a tiempo, y este mes me dije, no me pasara lo mismo. Y además, la receta me gusto un montón. Le gusto hasta a mi padre, que en imposible sacarle un aprobado a nada. Aunque le guste lo que come, siempre le busca alguna pega, mal de la familia. En este caso, finalmente y tras haberse comida lo segunda coma, reconoció que estaba muy bueno.
                Así que no me enrollo, solo decir, a las chicas de esta propuesta, que me encanta participar con ellas y que siempre elijen unas recetas geniales. Y a las que no las conozcáis que os animéis a participar en su propuesta.
                INGREDIENTES: Bizcocho Genovés.
-          3 Huevos.
-          75 gr. Azúcar.
-          75 gr. Harina.
-          ½ s. Levadura.
PREPARACIÓN:
                Separamos las claras de las yemas, y las batimos a punto de nieve firme. Le agregamos el azúcar y cuando estén totalmente integradas las yemas una a una.
                Tamizamos sobre esta mezcla harina y levadura y poco a poco y siempre a mano vamos integrando bien.
                Cuando este homogéneo, lo pasamos a una bandeja de horno follara con papel vegetal y horneamos hasta que este hecho pero no dorado.
                MONTAJE:
                Yo utilice natillas de sobre, porque aunque pensaba utilizar la receta de Roció, en el último momento descubrí que no tenía suficiente maicena, y por comodidad hice un paquetito que tenia por casi.
                Así que preparamos las natillas según las instrucciones y las dejamos enfriar.
                Montamos nata muy firme, para ello usamos azúcar glas industrial al gusto.
                Cortamos el bizcocho en proporción al vaso donde lo vayamos a presentar. Lo adaptamos bien al fondo y lo calamos con algún licor. Yo no suelo rebajarlo ni hacer jarabes porque nos gusta el sabor fuerte. Agregamos la nata, y le damos la forma del vaso, es decir, lo dejamos bien bonito. Y sobre esta le agregamos las natillas que ya deben estar frías. Lo adornamos con un poco de caramelo líquido, y a la nevera.
                Yo las hice antes de comer, y las comimos al postre y estaban buenísimas, aunque hoy igual están mejor, al haber tenido una noche de nevera.

miércoles, 14 de marzo de 2012

Galletas de Coco.

                Hola chicas, como va el día de ajetreado. Desde las seis y media en pie, y todavía no eh parado, y ya van bastantes días sin cambiar la cosa, pero la verdad, hay que estar agradecido de que no falte el trabajo. Hoy me eh puesto manos a la obra, con la propuesta mensual de norte a sur, y hay estoy enfrascada en ella, tanto, que se me olvidaba enseñaros la receta de hoy. El caso es que hace unos días el nieto de una conocida de mi suegra estuvo de cumpleaños, y como no hay dinero para desperdiciar, en vez de mandar a sus amiguitos del cole la típica bolsita de chuches ella le preparo unas galletas y después de ver el éxito que tuvo entre los niños decidió traer a casa unas cuantas para que las probáramos. Y la verdad, están buenísimas. Son muy sencillas de hacer, porque realmente solo son galletas untadas, pero están muy buenas, es como si nos comiéramos una porción de tarta de galleta de un bocado. Creo que la probare con otros rellenos, porque tengo alguna cosa en mente.
                INGREDIENTES:
-          1 Paquete de Galletas María. (Quizás quedarían mejor las hojaldradas.)
-          100ml. Nata.
-          Coco rallado.
-          Leche.
-          Azúcar.
PREPARACIÓN:
                Montamos la nata, no hace falta que quede demasiado dura. Le añadimos el azúcar que nos indique el envase y la reservamos.
                Cogemos tres platos, en uno, agregamos el coco, bien disperso. En otro la leche. Y en el tercero colocaremos las galletas ya preparadas.
                Galleta por galleta, la bañamos en leche, solo bañarlas, porque si no se empaparían demasiado y se desharían. Las posamos sobre el coco, y cuando se haya empapado bien de coco la untamos una capa de nata dentro, sin acercarse demasiado a los bordes para que al cerrarla no nos pongamos perdidos. Y finalmente las cerramos.